La reina Beatriz realiza una vigilia esperando la mejoría de su hijo

La reina Beatriz y la princesa Mabel, esposa del príncipe, no abandonaron el hospital Innsbruck donde está internado tras su accidente, en la provincia austríaca de Vorarlberg, donde la familia real suele pasar sus vacaciones de invierno practicando esquí. Mientras que su hermano y su cuñada, Guillermo y Máxima, llegaron a la localidad austríaca de Lech este sábado junto a sus tres hijas: Amalia, Alexia y Ariane.

Según las últimas informaciones que publican los medios locales, Friso se encontraba esquiando fuera de pista, en un área que había sido cerrada debido a la alarma de aludes. Michael Manhart, director de esquí de Lech, aseguró que «había mucha pendiente en esa zona, pero que el hijo de la reina de Holanda conocía suficientemente bien el terreno».

«Es un buen esquiador y viene muy a menudo. Era consciente del peligro que había», agregó. «La noticia fue como un mazazo. Estamos todos muy afectados», señaló.

Según el último comunicado emitido por el Servicio de Información de la Casa Real (RVD), el príncipe sigue estable dentro de la gravedad de su cuadro. «No hay un cambio en el estado del príncipe. En consecuencia, todavía no está fuera de peligro, pero pasó una noche tranquila y estable. Se encuentra en la unidad de trauma en la UCI del hospital y está siendo atendido por un equipo de especialistas», indica el texto.

Los rescatistas que sacaron a Friso de entre la nieve, donde estuvo enterrado por unos quince minutos, afirmaron que un GPS que llevaba consigo fue fundamental para poder hallarlo. Sin embargo, el tiempo que pasó atrapado a una baja temperatura y sin oxígeno provocó la complicación en su estado.

El príncipe heredero del trono, Guillermo, agradeció en alemán los «buenos deseos» de los ciudadanos y pidió respeto a los periodistas que acudieron a la localidad austríaca para cubrir la noticia del accidente.