Entre gritos e insultos terminó hoy la sesión del Concejo metropolitano de Lima, luego de que los ánimos se caldearan mientras se discutía sobre el improvisado operativo policial del jueves 25 de octubre en La Parada que ordenó la administración de Susana Villarán.
El problema empezó cuando uno de los regidores de oposición, que tenía el uso de la palabra, cuestionaba el manejo político y administrativo de dicha acción policial, lo que motivó que representantes del oficialismo lo interrumpieran. Eso exacerbó los ánimos entre los presentes, quienes intercambiaron toda clase de improperios.
Uno de lo más elocuentes fue el regidor Pablo Secada, quien dejó la sesión tras proferir insultos y gruesos calificativos. Luego, más tranquilo, usó su cuenta de Twitter para disculparse.