El congresista de Gana Perú, José Urquizo, que en el reciente ranking de eficiencia aparece en el puesto 91, con un triste 8,33 % de eficacia en su trabajo congresal, no encontró algo mejor en su coeficiente de improductividad que figuretear, defendiendo a los gatos que los pobladores de Cañete preparan como potaje con motivo de la celebración de Santa Efigenia y que además tiene que ver con una forma de saciar el hambre de la población. Costumbre que además comparten muchas otras poblaciones de nuestra sufrida patria.

Lejos de tanto aspaviento, hubiera llevado unos 200 conejos para donarlos a la población y así evitar lo que él considera una criminal aniquilación de la población gatuna.

Dios ha puesto a nuestro alcance las palomas, las gallinas, los patos, los cuyes, los conejos y otras pequeñas especies, para mitigar el hambre del hombre. En el norte de nuestro país se come la iguana y el pacaso, que algunos crían como mascotas. ¿Querrá acaso este iluminado Padre de la Patria, que los cañetanos se alimenten de pericotes o ratas?, que por cierto son comestibles en otras latitudes, donde el hambre es más feroz.

Como era de esperar, muchos cerebros vacíos han hecho eco de este “escándalo”, pero nunca dicen nada sobre la utilización de los animales, en bochornosos espectáculos de sangre para la diversión y entretenimiento de unos cuantos desquiciados.

Respeten esta tradicional costumbre de uno de nuestros queridos pueblos de la costa y si tienen un mejor parecer, inviten (con su dinero) a toda esa gente, cuyes o conejos, para que no sigan comiendo a los felinos, incluso arriesgando su salubridad.