Pedro Minaya
El 11 de abril, los peruanos deberíamos poder elegir a un nuevo presidente constitucional, el clima electoral está enrarecido, no solo por la pandemia del Covid-19, sino fundamentalmente por algunas disposiciones electorales y algunas terribles acciones del ente electoral, el inefable JNE, que lastimosamente propician las elecciones generales mas turbias de este siglo; sin embargo el propósito de este ejercicio es analizar someramente por sus principales características a las 17 candidaturas a la presidencia que según la ONPE están vigentes, las cuales hemos decidido dividir en tres grupos, Absurdos (insensatos o dañinos), Golfos (aventureros) y Proactivos (doctrinarios, institucionalistas, democráticos).
Absurdos, en este grupo incluimos a candidaturas que llevan como propuesta, políticas que siempre han significado un profundo retroceso en el desarrollo de los países donde se han implementado, además incluyen características dictatoriales, sin mucho respeto por la democracia, ni por la libertad, sometiendo a la persona humana bajo la preeminencia estatal, candidatos admiradores de Fidel Castro, Hugo Chávez, Kim Jong-un y otros impresentables similares, saben que sus propuestas llevaran al país a un terrible despeñadero, a una terrible escasez y sufrimiento, a una condena de postración, opresión, humillación y supino subdesarrollo. Sin duda aquí se ubican Verónika Mendoza de Juntos por el Perú, Pedro Castillo de Perú libre, Marco Arana de Frente Amplio y Andrés Alcántara de Democracia Directa.
Golfos, en toda elección presidencial, surgen candidatos que sin tener una formación doctrinaria o ideológica, desean arribar al máximo cargo, generalmente amparados en una practicidad, maleable según las circunstancias, acompañados de un carisma real o impostado, que les hace creer que realmente pueden ejercer la máxima autoridad en el país, sus ideas pueden ser contradictorias con sus acciones, sus planteamientos pueden deformarse en la realidad, a tal extremo que llegan a significar todo lo contrario a lo ofrecido inicialmente, son aventureros de la política, a quienes por determinados factores les alcanza una oportunidad de candidatear a presidente y la toman, sin tener elaborado un plan consistente, generalmente con equipo convocado de emergencia, sin tamiz alguno, sin que nadie, ni siquiera ellos mismos sepan por donde discurrir en caso de ganar la elección, son un albur, un azar. Aquí tenemos ubicados a George Forsyth de Victoria Nacional, Daniel Urresti de Podemos Perú, Daniel Salaverry de Somos Perú, Julio Guzmán de Partido Morado, Rafael Santos de Perú Patria Segura y Ciro Gálvez de Renacimiento Andino.
Proactivos, aquí veremos las candidaturas que representan las diferentes tendencias políticas, muchas impregnadas en claras ideologías o doctrinas, con planes de gobierno definidos con seriedad en función de sus credos, abarcan el espectro político desde la izquierda, hasta la derecha conservadora, con espíritu democrático, o con ejercicio de democracia comprobado, planteamientos diversos, que se confrontan entre ellos; sin embargo individualmente cada uno tiene su propia trayectoria y planteamiento propio, tenemos así a Yonhy Lescano de Acción Popular y Ollanta Humala de Partido Nacionalista, ambos representando a partidos que han llegado al poder, ambos tirados al ala izquierda de su organización y a la izquierda del espectro político; en el centro moderado, podemos ubicar a César Acuña de Alianza para el Progreso, Alberto Beingolea del Partido Popular Cristiano y a Rafael López Aliaga de Renovación Popular, estos dos últimos abrazados a la doctrina social cristiana y el anterior con formación social demócrata; finalmente a la derecha del espectro encontramos las candidaturas del liberal Hernando de Soto de Avanza País y la conservadora Keiko Fujimori de Fuerza Popular.
